¿Ciencia ficción? Casi. En sólo unas décadas, el metaverso pasó de ser un concepto futurista de la literatura a una realidad posible en la que las grandes tecnológicas apuestan millonarias inversiones.

Ni siquiera el mismísimo escritor estadounidense Neal Stephenson podría haberse imaginado en 1992 que el concepto futurista que acuñó en su novela “Snow Crash” saldría de la boca de uno de los mayores empresarios tecnológicos, Mark Zuckerberg, casi 30 años después como una realidad. Tras el anuncio del CEO de Facebook (ahora Meta) en 2021 de que su organización trabaja en la puesta en marcha de un metaverso, la palabra pasó a ser parte del vocabulario tecnológico de moda, llamando la atención de otros gigantes tecnológicos y multinacionales, que no quieren perder la oportunidad de ser parte de lo que pareciera ser el sucesor de Internet.
En “Snow Crash”, Stephenson describe un espacio virtual que es convergente con el mundo real (pero sin sus reglas físicas), en el que todo el mundo puede acceder en forma de avatares. El metaverso del que habla Zuckerberg es similar: un universo digital que es una metáfora del mundo real, al que las personas acceden a través de dispositivos tecnológicos y de realidad virtual y aumentada, en el que pueden interactuar social y económicamente con sus “gemelos digitales”.
En un metaverso ideal, las diversas partes del ecosistema digital (plataformas de comunicación, de juegos, e-commerce, etc) estarían interconectadas y serían interoperables, por lo que toda esta información se podrá traspasar de un mundo a otro. Por ejemplo, si en un videojuego ganaste una nueva arma, podrás sacarla del juego y mostrarla a tus amigos en el metaverso. También podrás comprar cosas con el dinero digital de éste o de otros negocios que realices tanto dentro como fuera del metaverso.
A pesar de que el concepto de metaverso comenzó a generar interés en el público general luego del anuncio de Facebook el año pasado, las distintas herramientas para hacer de este proyecto realidad se han ido desarrollando en las últimas décadas, como los lentes y cascos de realidad virtual, que harán del metaverso más cercano e inmersivo que si se accede a través de un móvil. De hecho, las empresas que están desarrollando proyectos de metaverso se han dedicado a comprar o crear sus propios dispositivos: como los lentes de realidad virtual Oculus (Facebook), los HoloLens (Microsoft), los sistemas Vive (HTC) y los cascos VR de PlayStation.
Esta sensación de realidad será incluso mayor cuando éstos incluyan sensores que registren los movimientos faciales y corporales, para que los avatares los repliquen en su entorno digital sin necesidad de apretar botones.
¿Qué se podrá hacer en el metaverso?
Por el momento, el metaverso aún se encuentra en pañales. Sin embargo, cuando se desarrolle su verdadero potencial tiene la capacidad de convertirse en el entorno preferido para reunir la mayoría de las experiencias digitales disponibles.
Así, algunas de las cosas que podremos realizar en el metaverso son:
- Asistir a conciertos de artistas de forma virtual.
- Teletrabajar y realizar reuniones a distancia.
- Jugar videojuegos.
- Comprar online e incluso probarse ropa de forma virtual (ya existen marcas reconocidas que han lanzado líneas para el entorno del metaverso).
- “Viajar” o teletransportarte de manera virtual a otros países o mundos del metaverso.
- Reunirse con amigos o familia a distancia.
- Crear tu propio negocio.
En los próximos años podremos ver cómo el metaverso se va haciendo más real e inmersivo y sólo entonces podremos seguir imaginando las posibilidades que este espacio virtual nos podrá ofrecer en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.
- AUTOR: Equipo FAD2030
- FECHA: 13 de enero de 2022
- ETIQUETAS: Digitalización, Facebook, Metaverso, Tecnología